sábado, 16 de julio de 2011

Este blog cambia de dirección

A partir de hoy el blog cambia de dirección.  Si quieres seguir recibiendo las actualizaciones por favor hazlo en:




Otra novedad es que ahora va a ser en video. 

¡Gracias a todos por su apoyo!

jueves, 14 de julio de 2011

¿Cómo bajé 23 kg en en 18 meses? Parte 1

AMichelle Meiklejohn / FreeDigitalPhotos.net
Por Jaime Villarreal
No fue fácil.  Tampoco fue difícil, en realidad. Me disgustaba silenciosamente la idea de ser "gordito", además de que no soy muy alto, soy más bien, promedio, tirándole a bajito.
Un día me decidí.  No sé bien qué fue lo que detonó esto, pero sé que la verdadera razón fue que entendí que cuando crees que eres capaz de conseguir algo, lo consigues. Fue rápido.  Un día era gordo y al otro día le comuniqué a toda la gente con la que hablaba mis objetivos. Bajar a 75 kg y tener 9% de grasa corporal. (¡No se trata de bajar de peso, sino de bajar la grasa!)

Pensé: si quiero convertirme en un atleta tengo que pensar, comer, dormir, leer, vivir como uno.  Tenía razón.  Aunque no faltó quién se rió, quién dudo, quién lo negó.  A mí nada me importaba.  Yo estaba 100% decidido a hacerlo y a cambiar de estrategia y táctica cuantas veces fuera necesario para conseguirlo.

Mi primer paso fue "empaparme" del tema.  Para qué "inventar el hilo negro" como decimos en México si hay mucho conocimiento sobre el tema.  Así que me dediqué a tragarme todos los artículos, libros, revistas, videso (de YouTube) sobre cómo bajar de peso y mejorar la condición física.  Pasaba casi todo mi "tiempo libre" absorbiendo todo y procesándolo.  Un descubrimiento fabuloso era que en todo lo que veía-leía-oía había muchos factores comunes.  No era tan difícil, después de todo.

El secreto era hacerme trampa para que fuera fácil.  Sí, hacerme trampa, como se la hace uno para hacer el mínimo esfuerzo.  Entendí que para hacer algo difícil, sólo hay un camino: hacer lo que uno puede hacer.

Le seguimos mañana, tengo mucho qué contar...  por cierto, ya ponga alguien algún comentario ¿no?  Se siente muy gacho.  

miércoles, 13 de julio de 2011

Actividades A y actividades B


Salvatores Vuono / FreeDigitalPhotos.net
Por Jaime Villarreal
Cuando decidimos hacer algo, estamos también decidiendo dejar de hacer todo lo demás.  Decidimos (o nuestro hábitos lo hacen) realizar ciertas actividades, pero no siempre estamos muy conscientes del efecto de estas en nuestras vidas.
Es fácil detectar a una persona que no tiene metas claras para sí misma: casi siempre está "respondiendo" a solicitudes de los demás.  Otro signo es que siempre se está quejando de que no tiene tiempo para sus actividades.  ¡Y es cierto, no lo tiene!  Siempre está ocupada esta persona en atender a los demás.
A mi me gusta simplificar las cosas y desde hace algún tiempo divido las actividades en tipo A y tipo B.  Yo le llamo actividades A a las que, sin tomar en cuenta si son satisfactorias o no, me acercan a mis objetivos y metas.  Son actividades que me "potencian", me "apalancan".  Son actividades en las que siembro algo que cosecharé después.  Las consecuencias de este tipo de acciones son frecuentemente a mediano o largo plazo, pero eso sí, son consecuencias altamente satisfactorias.
Las actividades tipo B, en cambio, son activides que frecuentemente podemos calificar como rutinarias, sencillas, tal vez necesarias para alcanzar un objetivo, pero que no representan un reto intelectual, son, como le llamamos en México "talachas".  Éstas hay que delegarlas siempre que sea posible.  Son actividades por las que puedo pagar porque el tiempo que tomaría en realizarlas me cuesta más que lo que una persona me cobraría por hacerlas.
El otro día, probando mi suerte con la venta a través de internet me di cuenta de que me inclinaba más por realizar las actividades B, empacar un artículo, llevarlo a la mensajería, etc.  Las actividades A, como redactar un anuncio, definir un mercado y una estrategia de mercadotecnia e incluso delegar las actividades B antes mencionadas me resultaba más incomodo mentalmente.  Claro, las actividades A son más difíciles, requieren de usar mis capacidades intelectuales y representan retos con probabilidades de triunfo o fracaso más evidentes. Llevar un paquete al local de una empresa de mensajería representaba un reto mucho menor.
El mensaje es que debemos identificar nuestras actividades A y B y debemos buscar hacer mucho más de las primeras y mucho menos de las segundas, aunque sean más fáciles.

lunes, 11 de julio de 2011

Tu entorno, el 90% de tu éxito

photostock / FreeDigitalPhotos.net
Por Jaime Villarreal
El número es arbitrario, desde luego.  Puede ser el 99% el 50%, el punto es que es tan importante lo que eres y lo que piensas, como lo que te rodea, en lo que alcanzar el éxito se refiere.
"Eso ya lo sé", podrás pensar, pero ¿qué te rodea? ¿quién te rodea?
¿Qué lees? ¿Qué programas de televisión o películas ves? ¿Cuál es su mensaje? ¿De qué platicas con tus amigos? ¿Quiénes son tus amigos? El otro día leí que hay una teoría de que nuestro ingreso es el promedio del ingreso de las cinco (nuevamente, el número no es lo importante aquí) pesonas más cercanas a uno.  Dudo que esto sea cierto en todos los casos, pero el concepto me parece muy interesante.
¿Conoces a alguien que todo el tiempo se queja de todo?  Claro que sí.  ¿Es una persona exitosa? ¡Claro que no! Hay que pensar cuánto tiempo pasamos teniendo experiencias negativas que podemos evitar o gente que debemos evitar.
Cuando alguien te critica ¿es una crítica constructiva? ¿Quiere tu bien? o es sólo una maner de "dañarte" para "acercarte" más a esa persona que te critica.  Hay que saber distinguir esto.
Imaginémonos tener como principio buscar rodearnos de los mejor.  Pensemos cómo sería nuestra vida si conscientemente cuidaramos que nuestro entorno fuera congruente con lo que queremos.  Si quiero estar sano, ser ágil, delgado, fuerte y vivir muchos años, ¿voy a meterme en un "antro" a respirar humo y a desvelarme? Si quiero retirarme joven voy a pasarme las tardes jugando juegos de video o hablando por teléfono con amigos? ¿Es mi alimentación congruente con mis metas? ¿Debería tomar un curso, hacer un viaje, conocer a alguien?
Ofrezco una disculpa por la cantidad de preguntas que incluye este artículo.  Voy a terminar con una ¿qué tendría que esta leyendo ahora para acercarme a mis objetivos?

domingo, 10 de julio de 2011

La imagen que tenemos de nosotros mismos

graur razvan ionut /
FreeDigitalPhotos.net
Por Jaime Villarreal
Yo no soy psicólogo, pero sí puedo hablar sobre mi experiencia personal.  He notado que la idea que he tenido de mí mismo durante toda mi vida ha infuido notoriamente en los resultados que obtengo.
Muchos vivimos nuestras vidas sin pensrar en estos temas.  La vida pasa rápido y estamos muy ocupados, pero creo que vale la pena reflexionar sobre ésto.
¿Qué idea tengo de mí?  ¿Cómo me describiría?  No estoy hablando de cómo nos describiríamos para una oferta de empleo o para un prospecto de novia(o).  Estoy hablando de quienes creemos que somos realmente.
La respuesta está en nuestros actos, más que en cualquier otra cosa.  Lo que hacemos es siempre congruente con quienes creemos que somos aunque no nos parezca así.
Así, una persona que se "queda con el cambio (vuelto)", que dice una mentira, que se conforma con hacer un trabajo en forma mediocre, realmente nos está mostrando qué opinión tiene de sí mismo.
Creo que en ocasiones vale la pena "engañarnos" un poco, imaginarnos que somos mejores de los que realmente somos (o creemos que somos) y ponernos unos estándares más altos.  Me gusta cómo lo dice Brian Tracy.  Imagina que toda la gente fuera como tú, ¿qué clase de mundo sería este?
En mi experiencia, "creer" que somos mejores y que podemos tener mejores resultados arrastra esta congruencia en el sentido inverso.  Al pensar que somos mejores, actuamos mejor.  Y esto a su vez crea un circulo virtuoso de doble sentido.  Actuar mejor, también nos ayuda a pensar que somos mejores.

jueves, 7 de julio de 2011

Eres lo que haces todos los días

Nutdanai Apikhomboonwaroot /
FreeDigitalPhotos.net
Por Jaime Villarreal
"El lunes me pongo a dieta".  "El 1 de enero dejo de fumar". "´Sí lo intenté, no funciona".  ¿Qué siginifican estas frases?  Significan que estamos escuchando a una persona que piensa que algunas cosas cuentan y otras no.

Puedes comer lo que quieras hasta el domingo, no te va a engordar.  El daño que te hace fumar de julio a diciembre no cuenta.  Por supuesto, si lo intentaste una o dos veces y no funcionó, ¿por qué intentarlo una vez más?  Malas ideas.

Somos lo que hacemos todos los días.  Los pensamientos cuentan.  Las acciones cuentan.  ¡Todo cuenta!

Si eres una persona que se queja de todo, todos los días, no esperes llevar la vida que lleva el que en lugar de quejarse, busca solución a todo activamente.  Si no trabajas por servir a tu empresa o tus clientes, si no ahorras, si no estudias temas relacionados con finanzas personales, nunca vas a ser rico.

Todo se realiza mediante un proceso, no un evento, como lo hemos discutido en otros artículos.  Todo cuenta.  Reflexionemos un momento y evaluemos si lo que hacemos TODOS los días es congruente con nuestras metas.

Cuando desarrollamos hábitos que son congruentes con nuestros objetivos, prácticamente estamos activando un "piloto automático".  Una vez desarrollado el hábito positio, será inclusive difícil no acercarnos a nuestra meta.  Se aplica aquí un principio similar al de "inercia" que se estudia en la física:  "Un cuerpo en reposo tenderá a seguir en reposo y un objeto en movimiento tenderá a conservar su movimiento en velocidad y dirección, a menos que lo altere una fuerza".

Si haces ejercicio todos los días tendras un resultado congruente con ese hábito.  Si comes en exceso tendrás resultados congruentes también.  Si estudias todos los días tendrás un resultado.  Si sólo ves la televisión tendrás otro resultado distinto.  ¡Es muy fácil!

Usemos esa inercia para alcanzar nuestras metas.

"Que la fuerza los acompañe... y también la dirección".   ;-)

miércoles, 6 de julio de 2011

El secreto de las personas exitosas

Ambro / FreeDigitalPhotos.net
Por Jaime Villarreal

Hay personas que logran lo que otros no. En ocasiones, las características que los llevan al éxito son evitentes para todos, como en el caso de una modelo, o de un cantante con una voz privilegiada, pero en la mayoría de los casos las personas exitosas son en apariencia gente normal.

Por poner algunos ejemplos: Lorena Ochoa, Carlos Slim, Gabriel García Márquez.
Si alguien que no los ha visto nunca los encuentra en la calle, probablemente no les notaría nada especial (salvo el equipo de seguridad persona, tal vez).  Incluso al intercambiar con ellos algunas palabras, no distinguirían en ellos ningun cualidad fuera de lo común.  ¿Qué características los han llevado a donde están?

Desde luego no hay una respuesta absoluta.  Sin embargo hay algo que tienen todos en común: la persistencia.  Atención, no es la perseverancia. No es la constancia (que también ayuda mucho).  Es la persistencia.

Es persistente aquel que aún habiendo fracasado, lo intenta de nuevo. Digamos que funciona como un filtro para el éxito.  Son barreras naturales que "permiten" que sólo aquellos que REALMENTE desean algo lo consigan.  Cómo dice el dicho "Si las cosas fueran fáciles, cualquiera las haría".
Y no es que "las cosas" sean difíciles.  Lo que pasa es que entre más grande (y deseable) es una realización más barreras naturales (llamémosles también obstáculos, problemas, adversidades, retos, etc) existan, menos personas llegan.

Por hacer un ejercicio numérico, podemos predecir que el 100% de las personas intetarán lograr algo en su vida.  Sólo el 95% persistirán después del primer obstáculo.  Después del segundo obstáculo (adversidad, revés, desilución, cómo le llamemos) sólo el 90% estará ahí.  Como se imaginarán entre más barreras se presenten, menos "consursantes" quedarán.  Lo cuál, paradójicamente les facilita el camino a los que quedan.  La mediocridad es un lugar muy competido.

Trata de ser "más o menos" bueno en lo que haces y te encontrarás con muchas competencia.  Decídete a ser el mejor en tu actividad y verás que la competencia se reduce drásticamente. Muchos quieren llegar, pero pocos están dispuestos a vencer todos los obstáculos.  Esa es la verdadera razón por la que unas personas tienen éxito y otras no.

El secreto: la persistencia.  Sólo pierde aquel que se da por vencido.

Les deseo mucho éxito