¿Tienes madera de ejecutivo o sólo de empleado?

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Por Jaime Villarreal


Con empleado nos referimos frecuentemente a una persona a quien se ha contratado para realizar un trabajo a cambio de un sueldo.  Pero, ¿qué es un ejecutivo? ¿No es básicamente lo mismo? No.

Dejando a un lado las cuestiones semánticas y ocupándonos de buscar una diferencia fundamental entre estas dos denominaciones podemos decir que la diferencia es mucho más profunda que el nivel de sueldo o de jerarquía.

En mi opinión, la característica que distingue a en ejecutivo de otros empleados es su nivel de responsabilidad, su compromiso y su forma de entregar resultados. 

Un empleado realiza un trabajo y su esfera de acción es más o menos limitada.  Es deseable que conozca los antecedentes de una tarea que se le pide, que sea consciente de las implicaciones y consecuencias de su trabajo o servicio y que pueda responder a problemas o circunstancias que le impidan alcanzar un objetivo.  En el ejecutivo, esto no es sólo deseable... es INDISPENSABLE.

Un ejecutivo se encarga de asegurarse de que algo suceda.  Sin pretextos, explicaciones o condiciones.  El dueño de una compañía o sus delegados pueden encargar a un ejecutivo la realización de un trabajo o la consecución de una meta con la certeza de que se tendrá éxito.  El ganarse la confianza de un superior en este sentido es lo que convierte a un empleado en un ejecutivo.

En este sentido, todos podemos auto-promovernos (y muy probablemente, aumentar nuestras posibilidades de recibir una mejor remuneración si pensamos como los dueños de un negocio, quien obviamente, no se conforma con menos que resultados satisfactorios.

Los pretextos podrán ser válidos, pero a nadie le sirven.