lunes, 27 de junio de 2011

La televisión te hace pobre

Imagen: Ambro / FreeDigitalPhotos.net
Por Jaime Villarreal
Sí. Ver televisión te impide ser rico. A ver, a aver, aver... ¿cómo está eso?

El otro día, por una razón que no recuerdo, tuve en mis manos una descripción de los niveles socioeconómicos con un enfoque en la mercadotecnia.  A, B+, B, C+, C, C-... etc.  Me llamó especialmente la atención que mencionaba las horas diarias promedio que la gente de cada estrato ve la televisión.  Los datos eran muy claros.  Entre más alto es el nivel socioeconómico de una persona, menos horas de televisión ve al día en promedio.  Los niveles bajos ven cerca de 4 horas diarias de televisión. ¡La cuarta parte de las horas que pasamos despiertos! Y los más ricos ven menos de media hora.
Bueno, veamos qué tenemos aquí.  ¿Ver televisión causa la pobreza? ¿Los ricos no tienen tiempo de ver tele?

La televisión (en general) está dominada por intereses comerciales: las televisoras quieren aumentar su audiencia para poder vender más anuncios a precios más altos.  Esto finalmente resulta en contenidos que tienden a ser sumamente atractivos y que apelan a la gratificación instantanea.  Son experiencias vicarias que satisfacen nuestro "morbo" por ver gente exitosa sin esfuerzo.  Ya lo sabemos: sexo, casas lujosas, paisajes exóticos, personalides glamorosas, historias de éxito con las que nos podemos identificar.  Esos son los ingredientes de la televisión comercial. El alimento de la mente del pobre.

Los ricos... ah, los ricos hacen otra cosa.  Generalmente, los ricos están trabajando, leyendo algo que enriquezca sus vidas, haciendo ejercicio, disfrutando el tiempo con su familia.  Ya sé, no todos, pero creo que el concepto es bastante válido.  Cuando no eres muy exitoso es muy satisfactorio ver el éxito de alguien "como tú" en la pantalla.  Cuando lo eres, no resulta muy atractivo perder tu tiempo en ver algo poco realista. Recordemos que en las historias de cine y televisión el o la protagonista se las ve difíciles pero nunca más de siete minutos.  A quíen le gustaría ver una telenovela en donde el personaje principal pasa el 90% del tiempo del programa leyendo, practicando algo, trabajando y esforzándose.  Sería muy aburrido.

Hay buena televisión, hay buen cine.  Claro que los hay, pero... es muy poco.  Normalemnte no es lo que vemos cuando encendemoes el aparato y vemos lo que algún productor/empresario nos quiere presentar.

En efecto, la televisión puede ser una herramienta de aprendizaje utilísima, pero, reconozcámolo: rara vez lo es.

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